Franco Torgnascioli, de vuelta con Mineros/ Mineros FC Zacatecas
julio 23, 2019“Atendiendo a las solicitudes de audiencias públicas, realizá entrega de apoyos al mejoramiento de la vivienda” Ulises mejía
julio 24, 2019Coincido con quienes dicen que al presidente López Obrador no se le puede acusar de inconsecuencia ni de falta de firmeza para cumplir con lo que fue la columna vertebral de sus promesas de campaña, esto es, el combate sin cuartel y sin desmayo a la corrupción y
la reorientación del dinero ahorrado para abatir la desigualdad y la pobreza de las masas
empobrecidas. También, y de modo destacado, lograr un crecimiento económico del 4%, sin el cual ninguna mejora social es sostenible por mucho tiempo. Si se pone atención al discurso presidencial cuando explica la racionalidad de sus decisiones; o si cada quien
busca esa racionalidad por sí mismo, pronto caerá en la cuenta de que el fondo es siempre
el mismo: el combate a la corrupción.
En efecto, si nos preguntamos por qué se cerraron los ductos de PEMEX, provocando un severo desabasto de combustible en el país y la muerte de 130 inocentes en Tlahuelilpan, Hidalgo; por qué se canceló el seguro popular, dejando sin acceso a la salud a millones de familias pobres; por qué se eliminaron las guarderías infantiles, dejando a las madres trabajadoras paralizadas y a los niños sin atención especializada; por
qué se suprimió la ayuda a los niños con cáncer, a los enfermos de VIH y a gente con padecimientos crónicos; por qué hay desabasto de medicamentos en todas las clínicas y hospitales del gobierno; por qué se está ahorcando presupuestalmente a varios organismos
públicos; por qué se redujo casi a cero el ramo 23 del PEF, dejando sin fondos para obra pública a los tres niveles de gobierno; por qué se están recortando los salarios de mucha
gente y despidiendo indiscriminadamente a miles de servidores públicos; la respuesta será siempre la misma: ahí había corrupción y este gobierno no va a transigir con ella, aunque
curarla traiga más daños que beneficios. Si se atiende y entiende esto, repito, tendremos todos que aceptar que se está demostrando con hechos que el presidente está cumpliendo lo que ofreció en campaña a los mexicanos; que se trata de su firmeza inconmovible, rayana en el autismo político, con que está combatiendo la corrupción; de su fe, inquebrantable y sin fisuras, en sus juicios personales sobre las causas profundas de los males del país y en el remedio que dijo que
aplicaría de llegar a la presidencia de la república. Quienes lo escucharon y explicaron su
discurso al gran público a través de los medios; quienes lo aplaudieron sin reservas y llamaron a votar por la 4ªT (algunos incluso desde el “cuarto de guerra” de López Obrador), no tienen derecho a mostrarse ahora sorprendidos por lo que está ocurriendo, y menos a actuar como “honrados” y desprejuiciados críticos de los primeros frutos de la 4ªT. Para reconquistar su derecho a criticar lo que ayer aplaudieron, deben confesar públicamente, con toda entereza y valentía, que se equivocaron en sus anteriores
apreciaciones.
Nadie lo ha hecho. Y López Obrador tiene razón al reclamarles su inconsecuencia por las críticas que ahora formulan en contra de lo que ayer aprobaron ruidosamente, y esto sin ninguna solución de continuidad. Creo que hay razón también cuando los “Morenos” critican a quienes protestan y descalifican las medidas de la 4ªT por sus resultados inmediatos, muchos de ellos, ciertamente, lesivos para los intereses de las
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clases pobres, como acabamos de ver. Les reclaman el no esperarse a ver el final de la historia; es decir, no aguardar a conocer cómo y con qué se va a reemplazar lo que se está suprimiendo y cuáles serán sus resultados definitivos, antes de juzgar y condenar laspolíticas anticorrupción de la 4ªT. Los “Morenos” llaman a esto “crítica prematura”, creo que con alguna razón.El Movimiento Antorchista Nacional no cae en ninguno de los dos grupos “críticos” mencionados. A nosotros no se nos puede reprochar haber aplaudido como focas al López Obrador candidato, y convertirnos ahora en críticos interesados del López Obrador presidente. Tampoco de ansiosos por criticar prematuramente, revelando así unreaccionarismo inmanente, que rechaza lo nuevo por instinto y no por razones válidas.Fuimos críticos firmes, coherentes y desinteresados del enfoque económico-social delcandidato morenista, de sus conclusiones y del remedio que prescribía para el país, y loseguimos siendo ahora. Nuestra discrepancia fue y es esencial y de principio, no de circunstancias ni por intereses mezquinos, como nos acusa sin pruebas López Obrador, y,por tanto, fue y es también irreconciliable con las políticas de la 4ªT. Hoy vemos másclaro que nuestra crítica era correcta, y que quienes nos atacaron y nos atacan, por esta ypor todo lo que hemos hecho desde que nacimos a la vida pública, estaban equivocados cuando, como “un coro de ranas bajo la lluvia”, cantaban loas a López Obrador. Todos ellos, aunque no lo reconozcan, están cosechando lo que con tanto empeño sembraron.Antorcha sostuvo y sostiene que el problema del país no es la corrupción (aunque esta sea grave y deba combatirse con energía), sino la elevadísima y absurda concentración de la riqueza en unas cuantas manos, mientras las grandes mayorías sequedan casi en total desamparo, sufriendo las terribles consecuencias de esto (hambre,enfermedades, carencias de vivienda y servicios, de educación y salud; la inseguridad, elcrimen y el desempleo). Esta peligrosa inequidad social, no es hija de la casualidad ni esculpa de los individuos que la disfrutan o la padecen; no es un problema personal de nadieni contra nadie, es el fruto inevitable de una errónea concepción sobre la mejor forma deorganizar y hacer funcionar a la economía y a la sociedad de un país cualquiera.Esa concepción errónea se llama neoliberalismo; y toda persona bien informada sabeq está fracasando en todas partes, incluidos los países ricos como Estados Unidos.La prueba es, precisamente, la formación de élites de mega millonarios cada día máspequeñas y poderosas, de un lado, y de una pobreza masiva y progresiva del otro, generandod e inestabilidad social. Los mejores economistas del mundo estánllamando a gobiernos y clases dirigentes a que concienticen el problema y procedan a lascorrecciones necesarias. ¿Y qué medidas aconsejan? Aceptar de entrada que ningún mercadoes perfecto, como postula la teoría neoliberal; que todos permiten abusos y desviaciones de los grupos poderosos en perjuicio de los débiles, y, sobre todo, que nocuentan con ningún mecanismo para el reparto automático de la renta nacional. Que una economía librada a las fuerzas ciegas del mercado, provoca inevitablemente la concentración brutal de la riqueza, como estamos mirando hoy. Urge que el Estado instrumente una política de corrección de los abusos y desviaciones del mercado, y sintitubeos, proceda a redistribuir la renta nacional, si quiere evitar males mayores. Partiendodel estudio específico de la realidad mexicana, el Movimiento Antorchista ha sintetizado
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esquemáticamente en cuatro líneas de acción su propuesta para equilibrar al país y comenzar a frenar los males derivados del neoliberalismo: a) una política fiscal progresiva, de preferencia pactada con todos los actores económicos; b) una reorientación drástica del gasto social hacia las necesidades básicas de los marginados; c) creación deempleos, tantos como se pueda, buscando acercarse al empleo pleno; d) elevación de lossalarios a la altura de las necesidades de una familia promedio de trabajadores.No hay que estrujarse mucho el cerebro para ver que nada de esto se propone la 4ª T; y de ahí que no hayamos coincidido con ella desde el principio. A la luz de los hechosrecientes, tampoco vemos razón para quedarnos quietos y callados, esperando pasivamenteel “crack” del país, que ya se anuncia por todas partes, incluso en la escenainternacional. Ahora todo México sabe que el Primer Mandatario carece de los mínimosconocimientos de economía y de una elemental flexibilidad mental para reevaluar lohecho y corregir el rumbo; que tampoco dispone de un pensamiento científicamenteformado, riguroso, coherente y metódico. Piensa sin respeto a la lógica y a las leyes del pensar científico y, por eso, ve solo la superficie de los fenómenos y sus razonamientos se quedan a la mitad. Además, se contradice flagrantemente a cada paso.Un ejemplo: en su mañanera de este martes, narró que cuando fue jefe de gobiernode la Ciudad de México, Antorcha Campesina se le plantó con su gente en el zócalo,exigiendo vivienda a través de un sonido a todo volumen. Él los ignoró, y la gente,cuando él pasaba frente a ella, adoptaba una actitud respetuosa. Con tal narración queríaprobar que los líderes corruptos se están quedando solos porque la gente “ya cambió” conla 4ª T; y que sus manejos contra la corrupción resuelven sus carencias al eliminar losrobos de aquellos líderes. Esto ocurrió hace quince años por lo menos; de donde es fácilver que prueba exactamente lo contrario de lo que se proponía, es decir, que la gente noha cambiado, por lo menos desde hace dos sexenios y medio. Su argumento queríaprobar, además, la eficacia de su política de oídos sordos a las protestas masivas, porqueerradica los problemas que las alimentan. Debió cerrar su argumentación, pues, probandocon cifras duras la solución del problema de la vivienda popular en la CDMX. ¿Loresolvió en su momento? ¿Ya no hay carencias en este rubro? Todos sabemos que no esasí, pero el presidente nada dijo al respecto. Y es obvio que así razona sus medidas anticorrupción. Con semejante mentalidad, ¿vamos directo hacia la prosperidad y la equidadsocial? No lo parece. Y por eso Antorcha seguirá luchando, pese a las amenazas y lospeligros que se ciernen sobre su cabeza.