Hambre y sed de justicia!

Por: Jacobo Cruz Tobon

Colaborador

El pueblo de México tiene hambre y sed de justicia y esta se hizo más intensa después de que por “órdenes superiores” se mandató la cancelación del evento del 45 aniversario del Movimiento Antorchista Nacional que se llevaría a cabo en  el estadio Juan Manuel Reyna en el estado de Chiapas el pasado 13 de octubre.

Esta decisión va en contra de la retórica del Gobierno Federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con su frase hueca “por el bien de todos primero los pobres” y es que amparándose en discursos bien pensados se sigue cometiendo abuso de poder y violando las leyes mexicanas contenidas en la Carta Magna y ejemplos hay muchos como: las votaciones a mano alzada contra obras de interés público como el Nuevo Aeropuerto en Texcoco, o para aprobar inversiones sin sustento técnico; la ley sobre remuneración salarial, sobre extinción de dominio, sobre delitos que ameritan prisión preventiva de oficio; las leyes “de sastrería” para imponer funcionarios sin el perfil adecuado pero adictos a Morena, para extender a fortiori el mandato de un gobernador morenista, o la “ley garrote” en Tabasco para castigar la denuncia y la protesta públicas. Los atropellos a los reglamentos internos en ambas cámaras del H. Congreso de la Unión; la imposición de súper delegados federales en los estados, que vulnera el pacto federal; la aprobación de la ley par a la reforma educativa pasando por encima de todos los plazos previstos para su discusión racional y, para terminar, la equiparación del delito de defraudación fiscal con el narcotráfico y la delincuencia organizada.

Pues con la prohibición del evento antorchista en la capital de Chiapas también se violaron los derechos  constitucionales de organización, reunión y manifestación de las ideas afectando así al pueblo de México y no sólo a la población de Chiapas, Tabasco, Quintana Roo, Campeche y Yucatán como pudiera pensarse. Lo sepan o no los aplaudidores del titular del ejecutivo, todas estas acciones que lesionan van contra los derechos de toda la gente y desde luego también contra quienes simpatizan con Morena que se olvidan de todo el daño que les ocasiona el Gobierno Federal a cambio de que les llegué el dinero en las tarjetas. El presidente sabe bien que con la combinación del discurso anti corrupción sumado a la entrega de las tarjetas se ganará al pueblo, lo que antes parecían ocurrencias en sus eventos ahora se demuestra como algo calculado y que le da los resultados esperados.

Por ejemplo en cuanto a los programas que trasfieren apoyos monetarios directamente a la gente dice que: “todo esto es posible porque ya no hay corrupción, ya no se entrega dinero a las organizaciones sociales o civiles, antes no llegaba el dinero a la gente, ahora todo es directo”, como antes, apunto yo, porque los beneficiarios siempre  recibieron ése apoyo con programas como Prospera o Procampo previa identificación con documentos oficiales y directamente, afirmar lo contrario significa engaño y mala  intención.

Lo dicho, el presidente está comprando la voluntad de la gente en  todo México a través de las tarjetas operadas por Banco Azteca y apuesta a seguir recibiendo el apoyo del pueblo al que no se le habla de cómo terminar con la pobreza y que sus causas son los injustos salarios que pagan los patrones a los trabajadores del campo y de la ciudad, no se les dice que se les sobre explota durante su jornada laboral; tampoco se habla de que los ricos de México se les cobran muy pocos impuestos o bien se les perdonan como quedó de manifiesto hace unas semanas al darse algunos nombres de personas como Ana Guevara, titular del deporte, personajes incluidos en su gabinete o la misma Yeidckol Polensky, actual dirigente nacional de Morena; pese a esto es de hacer notar que no fue nombrado en la evasión o perdón de impuestos ningún tiburón de los negocios de México, no se supo de la situación de las trasnacionales de la minería o centros comerciales gigantescos  y a quienes se mencionó son sólo charales en comparación a los multimillonarios que acumulan la riqueza sacada de la naturaleza y de la explotación  desmedida de la mano de obra de los mexicanos.

Aunado a lo anterior, este fin de semana se llevó a cabo la elección de delegados de Morena con miras a la dirigencia estatal eventos donde quedó de manifiesto la ambición desmedida y vulgar del partido del presidente y donde se ve claramente que no hay buen ejemplo digno de emular pues imperó el desorden y la violencia para repartirse el pastel, como era natural por las diversas corrientes e intereses de quienes pretender dirigir los destinos de ese instituto político fundado por el presidente y que la moralidad, buenos modales y costumbres están para otros que deben avergonzarse de pertenecer a las organizaciones como los antorchistas y otros que ejercen sus derechos legítimos de asociación y que como en nuestro caso buscan que se reparta de forma equitativa parte de la riqueza social a través de obras de infraestructura para sus comunidades.

Y allí está el presidente, cancelando el evento del antorchismo del sureste de México donde habrían de reunirse 60 mil mexicanos en orden, en un acto legal y pacífico lleno de alegría y cultura con música, danzas, bailables coloridos y poesía que  ahora están haciendo uso de las herramientas de denuncia y con las formas que la ley se lo permita en contra de la represión oficial ejecutada desde palacio nacional en contra de ciudadanos que también son mexicanos, que exigen respeto a las garantías individuales y ciudadanas que no son una graciosa concesión del gobernante en turno.  

            El pueblo de México sí padece ¡hambre y sed de justicia!, pero esta no llegará de un representante de los intereses de la clase rica, por el contrario seguirá recibiendo de él calumnias e intentos por dividirlo, mientras a éste lo salvará sólo la fuerza que le da su unidad  como la que tiene Antorcha.