Hacinados, sin agua y mal alimentados: así viven los migrantes en los centros de detención de EE. UU.

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WASHINGTON — Las condiciones de inseguridad y hacinamiento en los centros para migrantes de la frontera sur de Estados Unidos son más graves de lo que se reveló inicialmente, aseguró el organismo independiente de contralor del Departamento de Seguridad Nacional en un informe que describe el estado de las celdas atestadas de personas, los niños sin acceso a duchas y comidas calientes, y los detenidos que claman desesperadamente por su liberación.

Estas revelaciones de la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional se publicaron el martes cuando los congresistas demócratas detallaron sus propias denuncias sobre las condiciones en los centros de detención de migrantes y presionaron a la agencia para que respondiera por el maltrato, no solo de los migrantes, sino también de sus colegas que han sido amenazados en las redes sociales.

En junio, los inspectores del departamento visitaron cinco instalaciones en el Valle del Río Grande de Texas y detectaron que los niños tenían pocas mudas de ropa para cambiarse y que no tenían instalaciones de lavandería. Según el informe, muchos migrantes solo recibieron toallitas húmedas para limpiarse y sándwiches de mortadela para comer, lo que les ocasionó estreñimiento y otros problemas de salud. En dos de las cinco instalaciones, los niños no recibieron comidas calientes hasta que llegaron los inspectores.

El hacinamiento era tan severo que cuando los inspectores de la agencia visitaron algunos centros, los migrantes golpeaban las rejas de sus celdas y arrojaban notas por las ventanas pidiendo ayuda.

“En una instalación, algunos adultos permanecieron recluidos hasta una semana en espacios en los que tenían que estar de pie, y en otro centro las personas estuvieron recluidos más de un mes en celdas superpobladas”, detalla el informe, que se inició a partir de una investigación realizada en mayo por el inspector general que describió condiciones similares en instalaciones de El Paso, Texas.

Migrantes que viven en un campamento improvisado afuera de una estación de la Patrulla Fronteriza en McAllen, Texas, en mayo. CreditLoren Elliott/Reuters

El informe desató la presión de los legisladores demócratas para obtener respuestas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, incluso mientras seguían debatiendo un proyecto de ley de gastos de emergencia que se aprobó la semana pasada, sin incluir las condiciones estrictas que los congresistas liberales e hispanos habían exigido. Su sentido de urgencia se avivó luego de que ProPublica revelara la existencia de un grupo secreto de Facebook donde participaban agentes de la Patrulla Fronteriza, retirados y activos, en el que hacían chistes sobre muertes de migrantes y amenazas hacia legisladores del Congreso.

Después de recorrer una instalación en Clint, Texas, donde un grupo de abogados informaron que los niños no habían sido alimentados ni bañados, los legisladores demócratas dijeron que se habían reunido con migrantes que no tenían acceso a agua potable, por lo que tenían que beber de los inodoros.

En una serie de tuits publicados el martes, la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez calificó a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza como una “agencia fraudulenta”.

Los comités del Poder Judicial y de Supervisión de la Cámara de Representantes anunciaron audiencias la próxima semana sobre las condiciones en los centros de detención.

La congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez recorrió las instalaciones fronterizas el lunes y criticó las condiciones de los centros manejados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.CreditAdria Malcolm para The New York Times

Según el informe, 826 de los 2669 niños que estuvieron en las instalaciones fueron retenidos por más de 72 horas, lo que viola un acuerdo de un tribunal federal y la política de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

Los gerentes de los centros expresaron en el reporte su preocupación por las condiciones de seguridad en las instalaciones y calificaron la situación como “una bomba de tiempo”. Las imágenes publicadas en el informe muestran a multitudes de migrantes que se encuentran hacinados en celdas y golpean sus manos contra las ventanas. Un migrante portaba un letrero de cartón que decía “Ayuda”.

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