Familia cubana vive una odisea para regresar a migrante asesinado en Ciudad Juárez

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CIUDAD JUÁREZ, México. – Tomó lo poco que le quedaba y se encaramó a un autobús con un bolso, su dolor y el menor de sus dos hijos. Catorce horas por las carreteras que separan Velasco (Holguín) de La Habana. En el viaje más largo, cuando se piensan los porqués: ¿por qué su esposo Osmani Baldemira Pavón tuvo que ser apuñalado en Ciudad Juárez, donde esperaba su turno para solicitar asilo político en EE.UU.?

¿Por qué aún no han detenido al presunto asesino, Osvel Nápoles Robaina, si huyó en chancletas y con sólo un pantalón corto, sin pasaporte ni dinero?

Y el porqué de ahora:

El bus hacia La Habana parece roto, como desde hace poco más de una semana, sus entrañas. Llueve dentro como fuera. Kenia Beatriz Trujillo, viuda a los 39 años de edad, nunca lo había pensado antes: el mundo se ve de una manera diferente debajo de un paraguas: dentro de un bus camino a averiguar cómo se recupera el cuerpo de su esposo asesinado en México.

“Nosotros vivimos en el oriente del país. Llevamos a La Habana toda la documentación y esperamos que nos resuelvan todo con ayuda de Dios y pueda llegar hasta nosotros el cuerpo sin vida de mi amado esposo”, afirma Kenia.

Es la esperanza.

Intentan conciliar el sueño. Pero les asaltan las lágrimas, en un paisaje de carreteras olvidadas que esconden retos y puestos donde venden comida para los pasajeros. Es la Cuba de las galleticas, las barras de guayaba y refrescos de cola y naranja.

Puesto de comida para los pasajeros en Florida, Camagüey (Foto: Cortesía de la familia)

“Nosotros vamos a ciegas. Lo que más preocupa es que en allá no sea igual, y no esperen por la reclamación y lo entierren en una fosa. Legalizar un papel de poder tarda un mes y entonces es que se empiezan a hacer los trámites”, afirma la viuda del migrante asesinado en Ciudad Juárez, frontera con El Paso, EE.UU.

A la 1:30 de la madrugada, cuando el bus llega a La Habana, la ciudad que ellos ven está de color negro. Como su futuro.

Los ojos pesan: de tanto llorar. La cabeza explota: de tanto pensar. El primer paso, piensan, es ir a la Embajada de México en Cuba. Porque en Ciudad Juárez está Osmani Baldermira Pavón, en el depósito de cadáveres del Servicio Médico Forense (Semefo), con otros asesinados que están aún sin identificar. Los que permanecen por años sin ser reclamados son depositados en fosas comunes, con números, sin flores ni nadie quién los llore.

En la Embajada un señor les dice, con la amabilidad mexicana, “que están en disposición de ayudarles en todo lo que puedan, pero que desgraciadamente les corresponde hacerlo a la embajada cubana”.

Pero de la Embajada de Cuba en México la familia del migrante asesinado en Ciudad Juárez continúa sin tener noticias. Tampoco del Consulado de Cuba en Monterrey, México. De ninguna autoridad de su país.

“La Fiscalía dio el oficio al Consulado General de Cuba en Monterrey para que se lo comunicaran a la familia e identificaran al migrante y no hemos sabido nada de las autoridades cubanas”, asegura a CubaNet Alejandro Ruvalcaba, vocero de la Fiscalía General de Justicia en Ciudad Juárez, explicando el protocolo internacional que existe de protección de derechos de los ciudadanos en el extranjero.

La petición de información de este medio independiente sobre este caso no ha sido atendida hasta el momento por la jefa de prensa de la Embajada de Cuba en la Ciudad de México, un país que reprime a los cubanos que son deportados a la isla tras huir. Son los traidores, los llamados vende patria.

El cansancio se acumula con el vaivén de ir y venir. Cuando la desesperanza llega a sus almas, toman sus manos y rezan. La viuda de Osmani Baldemira Pavón y su hijo Keyner, de 18 años, no se rinden. Se centran ahora en la tarea de conseguir una carta poder. La que hicieron en Holguín no tenía valor en La Habana.

El objetivo es que el amigo de la infancia de Osmani -con el que partió de Velasco un 11 de abril para solicitar asilo político en Estados Unidos- y la esposa del patrón en el negocio de albañilería en el que trabajaba en Ciudad Juárez- puedan identificar por ellos el cuerpo de su ser amado. Osmani fue asesinado por otro migrante cubano de Camagüey, Osvel Nápoles Robaina, a quien había conocido en Costa Rica y ayudado económicamente en toda la travesía.

Horas en el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba en busca de información y ayuda. Horas en las oficinas de una consultoría internacional de abogados para hacer oficial el documento del poder. Y la gran espera, la carta de poder parece ser que no estará lista hasta dentro de dos semanas.

Después, hay que pensar cómo llegará a Ciudad Juárez. Si la Fiscalía en Ciudad Juárez admitirá una copia enviada por correo electrónico o si pueden entregar este documento original en la Embajada de México. Temen que el papel que requieren las autoridades de Ciudad Juárez para que se pueda identificar el cadáver viaje sin rumbo de Cuba a Juárez, donde las cartas enviadas por correo postal desde EE.UU. tardan en llegar hasta un año, si es que logran arribar a su destino.

Regresan a la Embajada de México. En su segundo día y último en La Habana. Sin dinero, sin comer, sin dormir. Suplicando ayuda. Para que puedan despedir los restos de su esposo en Cuba.

Una señora mexicana de espejuelos que trabaja con el jefe de la cancillería de la Embajada de México, Agustín Rodríguez de la Gala, les reitera lo mismo que el señor mexicano que les atendió en su primera cita en la Embajada.

La viuda de Osmani le insiste que llame a la Fiscalía en Ciudad Juárez, para que sepan que están haciendo todo lo posible para repatriar el cadáver, pero ella dice que no se puede hacer sin saber el número de caso.

Un funcionario de alto nivel mexicano asegura a CubaNet que se están “pasando el muerto”, como se dice coloquialmente, entre dos países que mantienen actualmente fluidas relaciones. Y un acuerdo por el que este año, por ahora, se han deportado de México a Cuba a 933 migrantes, sin costo alguno para los cubanos (vivos) regresados, en aviones de la Policía Federal de México, según datos oficiales del Instituto Nacional de Migración de México.

Osmani Baldemira Pavón partió con el objetivo de llegar a Miami, dejando una deuda de 5 mil dólares. Si se logran superar los trámites para identificar su cuerpo, el siguiente reto será cómo conseguir que pueda regresar a Cuba.

“La coordinadora de la Unidad de Atención a Víctimas verá con el Fiscal cómo determinar el apoyo (económico). La intención primordial es que se entregue el cuerpo a sus familiares”, afirma Alejandro Ruvalcaba, vocero de la Fiscalía General de Justicia, en Ciudad Juárez.

Los migrantes cubanos, en su espíritu de resolver todo, se han puesto manos a la obra. Todo comenzó con Omar Michel Méndez, un especialista en laboratorio de La Habana que emigró de Cuba en marzo y se encuentra actualmente en Tapachula, la primera ciudad de México al arribar desde Guatemala.

Omar leyó en CubaNet una exclusiva del crimen en la que la familia del migrante cubano asesinado pedía ayuda para poder descansar sus restos en Velasco. Compartió el artículo y vídeo en las redes sociales.

“Yo sentí que me podía haber pasado a mí. Yo también tengo dos hijos, tengo a mi madre en Cuba y siento la necesidad de descansar en Cuba. Me imagino cómo se queda la familia, porque uno tiene deudas para venir acá. Somos más de 10 mil cubanos migrantes en México con 20 pesos mexicanos cada uno, podemos ayudar mucho a una familia que pierde todo”, destaca en entrevista telefónica Omar Michel Méndez, que tuvo que dejar a sus dos niños, de 10 y 8 años de edad.

Omar, junto a varios cubanos en Ciudad Juárez, decidieron que la manera más segura para apoyar sería contactar al Padre Francisco García, de la iglesia San Juan Apóstol y Bautista, en la colonia Infonavit Jarudo, que abrió su parroquia a migrantes cubanos.

El sacerdote católico, conocido por su labor con las personas más olvidadas de Ciudad Juárez, aceptó. Tras una reunión con él, con una recaudación espontánea, los migrantes establecieron que este domingo 28 de julio a las 6 de la tarde tendrá lugar una colecta con el Padre Francisco en un lugar conocido por todos: el jardín donde las autoridades mexicanas llaman a los migrantes para cruzar ordenadamente a Estados Unidos, situado a un costado del puente fronterizo Paso del Norte-Santa Fe.

Para los que no puedan asistir o estén fuera de Ciudad Juárez, como el precursor de la idea, se habilitó una cuenta bancaria en la que se puede depositar el apoyo para la familia de Osmani Baldemira Pavón.

La donación se puede realizar en las oficinas de Bancomer o a través de las tiendas OXXO, que se quedan con menos de 9 pesos mexicanos por el depósito.

Los datos son:

  • Diócesis de Ciudad Juárez A.R. San Juan Apóstol y Evangelista.
  • Motivo del pago: Viuda de cubano asesinado.
  • Número cuenta: 00 11 245 6516.
  • Clave Interbancaria: 012 16 400 1124 5651 63.

“He venido aquí con los únicos 20 pesos que tengo para apoyar al migrante cubano que ha fallecido, siento mucho lo que le ha sucedido”, dice emocionada otra migrante cubana que llegó a Ciudad Juárez tras una travesía de fronteras, robos, asaltos, secuestros y dolor. Mientras tanto intenta sobrevivir, en todos los sentidos: como los cerca de 5 mil cubanos que esperan a cruzar ordenadamente en una de las ciudades más peligrosas del mundo. Lo hace pensando en Velasco, Holguín. En quien ya no está. En los que se quedaron esperando un sueño y ahora sólo un cadáver.

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