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Una habitación pequeña resulta una quimera para un trabajador estatal, incluso para la gran mayoría de los que laboran en el sector privado

Martes, junio 25, 2019 | Ernesto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba. – Según el estudio “Out of Reach” realizado recientemente por National Low Income Housing Coalition (Coalición Nacional de Viviendas para Personas con Bajos Ingresos) (NLIHC), que analizó la brecha entre ganancias de un inquilino y los costos mensuales de los alquileres, hoy un trabajador de Miami-Dade necesitaría un salario de 27,96 dólares por hora si desea alquilar una vivienda de dos dormitorios (https://reports.nlihc.org).

Los resultados son sorprendentes y pudieran poner en alerta no solo a los cubanos que han elegido el estado de la Florida para establecer su residencia permanente sino a quienes en Cuba apenas alcanzan a ganar un salario mensual que ni en sueños logra rozar el promedio estimado para una jornada laboral de ocho horas.

27,96 dólares es casi la misma cantidad que obtiene un trabajador estatal en Cuba por todo un mes de trabajo, si tenemos en cuenta la cifra de 777 pesos cubanos (unos 31.08 dólares al cambio actual) que ofrece la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) como salario medio en la isla para 2018, último año inventariado por la entidad oficial del gobierno cubano.

Las comparaciones entre lo que sucede en los Estados Unidos y en Cuba en asuntos similares suelen ser injustas, teniendo en cuenta que se trata de dos economías muy diferentes y con grados de éxito y desarrollo desiguales, no obstante, sería prudente, a la luz de los resultados del estudio de NLIHC, intentar una breve descripción sobre cuán diferentes o semejantes serían las relaciones entre los salarios de los trabajadores y su capacidad de poder lograr el alquiler de una vivienda digna de acuerdo con sus necesidades.

Para quienes viven en Cuba y conocen el asunto de los bajos salarios y la crisis perpetua de la vivienda, cualquier análisis estaría de más y solo vendría a poner en cifras lo que todos pudieran concluir con solo echar un vistazo a su propio entorno donde abundan las cuarterías, las edificaciones en peligro de derrumbe, los albergues de tránsito, y las generaciones acumulándose en la misma casa familiar que heredaron de abuelos y bisabuelos, sin distinciones entre obreros y profesionales altamente calificados.

Alquilar una vivienda en La Habana no está al alcance de ningún trabajador estatal, mucho menos adquirirla en propiedad. Una ojeada rápida a la página digital Revolico.com, el principal y más visitado sitio de ventas online en Cuba, ofrece una visión sobre el comportamiento de los precios de los alquileres en la isla, los cuales por lo general se expresan en pesos convertibles (CUC), una moneda equiparable con el dólar pero cuyo valor es 25 veces mayor que el peso cubano (CUC) con el cual se realiza el pago de salario a los trabajadores estatales.

De acuerdo con los clasificados más recientes publicados en Revolico.com, el precio de los alquileres en las zonas más céntricas de La Habana suelen oscilar entre los 150 y los 1000 dólares mensuales; mientras en la periferia, en municipios como Guanabacoa y Arroyo Naranjo, y en condiciones con menor confort, los apartamentos con una o dos habitaciones oscilan entre los 50 y 100 dólares.

En zonas residenciales como el Casino Deportivo se encuentran alquileres entre los 200 y los 500 dólares por mes, cifras que al ser comparadas con el salario mensual promedio ofrecido por la ONEI, de 777 pesos (31.08) representan más de 6 salarios de un trabajador estatal.

Tomando como ejemplo el alquiler de una vivienda de dos habitaciones cuyo precio sea 200 dólares al mes, un obrero o profesional cubanos necesitarían ganar 28.40 pesos por hora de trabajo para lograr rentarse un apartamento, frente a los 4.41 pesos que actualmente gana, de acuerdo con el promedio del salario oficial, una diferencia gigantesca, en un país donde pocos salarios superan el dólar diario.

Ni siquiera sería una cifra tolerable por las mayores tasas salariales en Cuba. Según datos de la propia ONEI, es la Industria de la Construcción donde se pagan los mayores salarios del país. 1539 pesos es el promedio salarial del sector, de modo que cualquier trabajador necesitaría 2 salarios y medio mensuales para aspirar a un alquiler ya no de 200 dólares sino de 150, un precio difícil de obtener actualmente en Cuba si lo que se busca es un lugar con las comodidades básicas de agua corriente, buena ventilación, privacidad, movilidad y comunicación relativamente accesibles.

Para otros sectores como el de Ciencia e Innovación Tecnológica que, junto con el de la Salud (que, con respecto al 2017, el salario medio descendió en 2018), debería contar con un salario promedio superior al de la Industria azucarera y la Construcción, en correspondencia con los ingresos por exportaciones de bienes y servicios que sus empresas aportan a los ingresos del Estado, el acceso a una vivienda en carácter de alquiler es mucho más difícil teniendo en consideración que los salarios oscilan entre los 808 y los 981 pesos mensuales (entre 32.32 y 39.24 dólares, al cambio actual), que promediados apenas rendirían una cuarta parte de lo necesario para liquidar un alquiler de 150 dólares al mes.

El salario mínimo por hora en Florida se estableció en los 8.46 dólares, así como el salario digno condal de Miami-Dade fue fijado en los 13.44 dólares por hora en julio de 2018, una cifra que, de acuerdo con el estudio de NLIHC ni siquiera se aproxima a lo necesario para adquirir una vivienda de dos habitaciones pero que, en la práctica, pudiera ayudar a agenciar algunas otras formas de renta, sin descartar que un porciento de esos trabajadores que devengan salarios mínimos se encuentren, con respecto a la vivienda, en una situación bien difícil, incluso dramática, pero sin llegar a los extremos de Cuba.

En la isla actualmente es imposible asegurar el alquiler mensual de una vivienda. Una habitación pequeña resulta una quimera para un trabajador estatal, incluso para la gran mayoría de los que laboran en el sector privado o bajo contrata en empresas mixtas con capital extranjero.

Los aumentos del salario promedio, registrados por la ONEI entre los años 1999 (de 222 pesos) y 2018 (de 777 pesos) no han sido significativos en correspondencia con el costo de la vida en Cuba y siempre han llegado aparejados a un incremento de los impuestos y contribuciones al presupuesto, aumento de los precios tanto en los productos liberados como en los regulados de venta en el mercado interno, tal como se registra en las tablas del Anuario Estadístico de Cuba y en los diversos reportes de la prensa oficial.

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