Condena Irán a una abogada defensora de derechos humanos a 38 años de prisión y 148 azotes

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La abogada de derechos humanos Nasrin Sotoudeh, en el jardín de su oficina de Teherán, en diciembre de 2014

Una prominente abogada iraní que defendió a las mujeres arrestadas por protestar contra la ley de ese país para el uso obligatorio del velo en la cabeza, fue condenada a un total de 38 años en prisión y 148 azotes, según su esposo.

Nasrin Sotoudeh, quien permanece encarcelada desde que fue sacada de su casa en junio, está cumpliendo ahora una sentencia de cinco años.

La abogada especialista en derechos humanos, de 55 años de edad, fue sentenciada a 33 años adicionales y 148 azotes, luego de haber sido condenada por otros varios delitos de seguridad nacional este mes, según escribió en Facebook su esposo, Reza Khandan, el pasado lunes.

Pero la agencia de noticias semioficial Islamic Republic News Agency (IRNA) informó que un juez de la Corte Revolucionaria de Teherán afirmó el pasado lunes que, además de los cinco años de la sentencia anterior de Sotoudeh por “conspiración contra el sistema”, había sido sentenciada a dos años por “insultar” al líder supremo Ayatollah Ali Khamenei. La noticia no aclaró de qué casos habló el juez, pero un grupo de defensa de derechos aclaró que uno de ellos parecía ser la condena de 2015.

En una breve llamada telefónica desde la prisión, Sotoudeh le comunicó a su esposo que había sido informada sobre los 38 años y los azotes, según el Centro de Derechos Humanos de Irán.

Khandan le dijo al grupo de defensa con sede en Nueva York que no está claro cuáles son los cargos adicionales por los que había sido condenada Sotoudeh, y que su esposa no había recibido el veredicto por escrito. “No sé cuántos años le han dado por cada uno de los cargos, porque mi conversación con Nasrin sólo duró unos minutos y no comentamos los detalles”, indicó Khandan, según una declaración en el sitio web del grupo.

“Sólo sé que la mayor sentencia fue de 12 años por alentar la ‘corrupción y la prostitución'”, afirmó, según el Centro de Derechos Humanos en Irán.

Para Hadi Ghaemi, el director ejecutivo del centro, los azotes son una sentencia inusual para alguien acusado en un caso de seguridad. Ello muestra, afirmó, que Irán está intensificando su represión contra los defensores de los derechos humanos. “Sotoudeh está pidiendo autoridad en las leyes. Esto muestra cuánto le temen las autoridades”, expresó Ghaemi en una entrevista, el pasado martes.

Grupos de derechos humanos y legisladores se opusieron a la sentencia contra la abogada. “Sotoudeh debe ser liberada de manera inmediata e incondicional, y esta sentencia obscena debe ser anulada sin demoras”, exhortó Philip Luther, de Amnistía Internacional.

El Departamento de Estado de EE.UU también exigió la liberación de la mujer y calificó la sentencia de “bárbara”. La Unión Europea emitió un comunicado exigiendo a las autoridades que revisen la sentencia de Sotoudeh y garanticen su derecho a apelar. El Parlamento Europeo le otorgó a la letrada el prestigioso Premio Sakharov a la Libertad de Pensamiento, en 2012. “La Unión Europea señala que el derecho a protestar pacíficamente, así como el derecho a expresar una opinión de manera no violenta, son piedras angulares del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del que Irán es parte”, se lee en la declaración.

En la década posterior a la disputada elección presidencial de 2009 en Irán, más de 40 abogados defensores de activistas políticos han sido arrestados.

Pero el poder judicial iraní intensificó su represión en enero de 2018, luego de que el país fuera sacudido por su mayor protesta contra el gobierno en casi una década. Las manifestaciones se iniciaron después de que una mujer fuera arrestada en Teherán por quitarse el velo en público.

Después de la ola de disturbios, las autoridades arrestaron al menos a siete abogados especialistas en derechos humanos, incluida Sotoudeh, y anunciaron que los acusados detenidos por cargos políticos sólo se eligen de una lista aprobada de letrados.

El abogado de derechos humanos Mohammad Najafi fue condenado, en octubre de 2018, a tres años de prisión y 74 azotes por “publicar falsedades” y “perturbar al estado”.

No es esta la primera vez que Sotoudeh es encarcelada. En 2010, fue arrestada por lo que Irán consideró como “difusión de propaganda en contra el sistema”.

Sotoudeh permaneció en régimen de aislamiento durante una parte de su tiempo en prisión y, según informes, inició una huelga de hambre en octubre de 2012 para protestar por el modo en que las autoridades trataban a su familia, y por negársele la oportunidad de ver a sus hijos. La letrada fue puesta en libertad en 2013, cuando el presidente Hassan Rouhani le otorgó un indulto.

148 latigazos y casi 4 décadas de cárcel. Este es el horrible castigo impuesto a Nasrin Sotoudeh por haber defendido de forma pacífica los derechos de las mujeres en Irán. Pero podemos ayudar a sacar esta atrocidad a la luz si conseguimos que los países del G7 usen su influencia diplomática y económica  para poner fin a la ofensiva contra Nasrin y las mujeres de todo el mundo. Suma tu nombre ya y Avaaz trabajará con los colegas de Nasrin en el G7 para entregar nuestro llamamiento directamente a los líderes clave.

Nasrin Sotoudeh recibirá 148 latigazos y pasará casi 4 décadas en la cárcel. Este es el terrible castigo al que esta abogada iraní se enfrenta por defender de forma pacífica los derechos de las mujeres en su país.

Es difícil imaginar el dolor y el sufrimiento al que se enfrentará esta valiente mujer, pero nuestras voces pueden contribuir a sacar a la luz esta atrocidad y ayudar a liberar a Nasrin y a otras mujeres en su situación.

Nasrin fue invitada al Consejo Consultivo del G7 como asesora en temas de legislación para proteger a las mujeres, pero no pudo asistir por estar encarcelada. Si incrementamos la presión ahora, podemos hacer que este grupo de países poderosos reclame la liberación de Nasrin — y de otras mujeres en su situación — empleando su influencia diplomática y económica para frenar la ofensiva mundial contra las mujeres.
Esto podría funcionar  — los gobiernos que vulneran los derechos de las mujeres, como Irán y Arabia Saudí, necesitan el comercio con los miembros del G7, como Francia y Alemania, así que la presión de estos países podría ser clave. Suma tu nombre ya antes de que se celebre una importante reunión — ¡Avaaz trabajará con los colegas del G7 de Nasrin para entregar nuestro llamamiento directamente en la sala!

Nasrin ha hecho lo que otros abogados jamás habrían osado hacer. Ha representado a varias mujeres detenidas por manifestarse en contra de la ley que obliga al uso del hiyab en Irán, ayudando a periodistas, activistas, importantes defensoras de los derechos humanos e incluso a menores de edad que se enfrentan a la pena de muerte.

Ahora su cuerpo recibirá un castigo por ello. Y ella será silenciada durante las próximas décadas, tan solo por haber defendido aquello en lo que creía.

Y no es solo Irán. En Arabia Saudí, Loujain al-Hathloul, otra valiente activista por los derechos de las mujeres, está entre rejas y ha sido torturada ¡por el solo hecho de querer conducir! Pero tanto Irán como Arabia Saudí dependen de sus relaciones con los países más ricos del planeta — de ahí que la presión de las naciones del G7 sea crucial para terminar con esta ofensiva.
Si logramos ejercer suficiente presión, conseguiremos que el G7 exija la liberación de Nasrin en su próxima reunión, e inste a sus países miembro a comprometerse a mencionar este asunto cada vez que se reúnan con países donde las mujeres están bajo ataque. Esto podría suponer el fin de la impunidad de los vulneradores de los derechos de las mujeres – ¡así que hagámoslo realidad! ¡Suma tu nombre y comparte con todos tus contactos!

Irán podría fácilmente salirse con la suya y seguir adelante con esta terrible sentencia de Nasrin. Pero ¡para esto precisamente se creó nuestra comunidad! Hace seis años, ayudamos a salvar a Sakineh Ashtiani, cuando Irán pretendía lapidarla por adulterio. Ahora podemos conseguirlo de nuevo. Y esta vez no solo para salvar a Nasrin, sino para sentar un precedente hacia el futuro, que despierte un mayor respeto por los derechos humanos en todo el mundo.
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