Los restos de Osmani permanecen en un sistema de refrigeración en Ciudad de México, hasta que las autoridades de Cuba permitan su traslado

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Jueves, agosto 22, 2019 | Judith Torrea

CIUDAD JUÁREZ, México. – Cuando el ataúd de Osmani Baldemira Pavón partió de una funeraria al aeropuerto de Ciudad Juárez, su viuda y su hijo tomaron un bus por catorce horas para llegar a La Habana, Cuba, recibirlo y regresarlo a su hogar en Velasco, Holguín. Había que pagar, además, unos trámites al aeropuerto y a la funeraria cubana.

Sentimientos encontrados: dolor desgarrador y la alegría de saber que, por fin, podrían despedirse de él, enterrándolo en su tierra.

En la funeraria Luz Divina de Ciudad Juárez, Osmani descansaba en una pequeña capilla, solo. Personal la Unidad de Atención a Víctimas de la Fiscalía General del Estado en Ciudad Juárez, que asumió todos los gastos de repatriación tras la negativa de Cuba a hacerlo, se acercó para que todo estuviera correcto.

Bajo su mirada, fue embalado. Alguien susurró el rezo de una oración en la soledad de esa capilla con desconocidos.

En el autobús rumbo a La Habana, su hijo se preguntaba si podría tener las fuerzas para poder volver a su padre, el mismo que salió un 11 de abril con el sueño de llegar a Estados Unidos y ahora está en un ataúd. Parecía que, por fin, Osmani sería enterrado pronto en Cuba, tras una odisea de más de un mes para que pudiera ser retornado a una familia que debe los 5 mil dólares que les prestaron para que iniciara una travesía de esperanza, que se ha transformado en la peor de las torturas.

El ataúd con un Osmani —que había permanecido por un mes en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Juárez, durante la odisea de la viuda y sus dos hijos para conseguir cómo retornarlo, sin tener el dinero para hacerlo- llegó al servicio de paquetería de la compañía área con la que viajaría hasta la Ciudad de México. Ahí lo pesaron, midieron sus dimensiones y lo protegieron aún más, como un paquete.

El primer equipaje en subir al avión comercial fue el féretro del migrante cubano asesinado, que pudiera parecer una caja de largas dimensiones. Lo hizo por la parte de atrás del avión, unos cincuenta minutos antes de que el avión despegara rumbo hacia la capital de México.

El plan era el siguiente: el féretro llegaría en la noche del lunes a la Ciudad de México, una funeraria lo recibiría y al día siguiente, en la Embajada de México se realizarían los trámites correspondientes para que viajara a La Habana, en un avión que estaba reservado para la tarde de este miércoles. De ahí, recorrería unas catorce horas de carretera hasta Velasco. El aeropuerto de Holguín, el más cercano a donde nació, no recibe cadáveres.

Las primeras trabas de la Embajada de Cuba en México comenzaron en la mañana de este martes, según informaron fuentes oficiales mexicanas a CubaNet.

Las autoridades cubanas solicitaron el pasaporte original del isleño asesinado, que forma parte de la evidencia de la Fiscalía de Ciudad Juárez. No aceptaban una copia enviada por la autoridad mexicana.

Resuelto este requisito, comenzaron con otro. En este caso, exigieron un ataúd hermético que cuesta unos 1600 dólares, argumentando que el que había pagado la Fiscalía no era seguro.

El siguiente obstáculo a superar fue el requerimiento de 5 mil pesos mexicanos, unos 255 dólares, para hacer cubana el acta mexicana de defunción de Osmani Baldemira Pavón.

Superados todos estos retos, en el día de este miércoles llegó otro más: la Embajada de Cuba pidió que la Fiscalía de Ciudad Juárez comprara otro billete de avión, pero en este caso en una aerolínea cubana. Y no todos los aviones recibían ataúdes.

La última traba, que hizo imposible que este miércoles saliera el ataúd de Osmani rumbo a La Habana, fue que el propio Embajador de Cuba en México debía de poner unos sellos al ataúd de Osmani y el Embajador no está en la Ciudad de México hasta este viernes.

CubaNet llamó a Indira Poviones, jefa de prensa de la Embajada de Cuba en México, para poder entender los trámites requeridos para la repatriación del cubano asesinado en Ciudad Juárez.

— No le puedo dar ningún detalle, tengo que preguntar—, aseguró Poviones.

— En cuánto tiempo le llamo… ¿en quince minutos?

— Sí.

CubaNet la intentó localizar telefónicamente en repetidas ocasiones sin que, en esta ocasión, la cara visible ante los medios de la representación de Cuba en México contestara el aparato.

Hasta el momento, se desconoce cuándo Osmani Baldemira Pavón podrá viajar en un ataúd de regreso a Cuba, a pesar de que las autoridades cubanas habían prometido a la familia que si ellas pagaban -algo imposible para ellos, que solicitaron ayuda a la Embajada de Cuba en México-, iban a facilitar los trámites. Pero quien asumió los gastos fue la Fiscalía de Ciudad Juárez, que por primera vez repatriará a su país de origen a un migrante asesinado.

Los restos de Osmani permanecen en un sistema de refrigeración especial en una funeraria de la Ciudad de México, pagada por la Fiscalía General de Justicia de la Zona Norte, en Ciudad Juárez. Hasta que Cuba permita su traslado.

Traslado del cadáver de Osmani (foto del autor)
Momentos antes del traslado del cadáver de Osmani al aeropuerto (foto del autor)
(foto del autor)
Avión en el que fue trasladado Osmani a Ciudad México (foto del autor)

CIUDAD JUÁREZ, México. – Cuando el ataúd de Osmani Baldemira Pavón partió de una funeraria al aeropuerto de Ciudad Juárez, su viuda y su hijo tomaron un bus por catorce horas para llegar a La Habana, Cuba, recibirlo y regresarlo a su hogar en Velasco, Holguín. Había que pagar, además, unos trámites al aeropuerto y a la funeraria cubana.

Sentimientos encontrados: dolor desgarrador y la alegría de saber que, por fin, podrían despedirse de él, enterrándolo en su tierra.

En la funeraria Luz Divina de Ciudad Juárez, Osmani descansaba en una pequeña capilla, solo. Personal la Unidad de Atención a Víctimas de la Fiscalía General del Estado en Ciudad Juárez, que asumió todos los gastos de repatriación tras la negativa de Cuba a hacerlo, se acercó para que todo estuviera correcto.

Bajo su mirada, fue embalado. Alguien susurró el rezo de una oración en la soledad de esa capilla con desconocidos.

En el autobús rumbo a La Habana, su hijo se preguntaba si podría tener las fuerzas para poder volver a su padre, el mismo que salió un 11 de abril con el sueño de llegar a Estados Unidos y ahora está en un ataúd. Parecía que, por fin, Osmani sería enterrado pronto en Cuba, tras una odisea de más de un mes para que pudiera ser retornado a una familia que debe los 5 mil dólares que les prestaron para que iniciara una travesía de esperanza, que se ha transformado en la peor de las torturas.

El ataúd con un Osmani —que había permanecido por un mes en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Juárez, durante la odisea de la viuda y sus dos hijos para conseguir cómo retornarlo, sin tener el dinero para hacerlo- llegó al servicio de paquetería de la compañía área con la que viajaría hasta la Ciudad de México. Ahí lo pesaron, midieron sus dimensiones y lo protegieron aún más, como un paquete.

El primer equipaje en subir al avión comercial fue el féretro del migrante cubano asesinado, que pudiera parecer una caja de largas dimensiones. Lo hizo por la parte de atrás del avión, unos cincuenta minutos antes de que el avión despegara rumbo hacia la capital de México.

El plan era el siguiente: el féretro llegaría en la noche del lunes a la Ciudad de México, una funeraria lo recibiría y al día siguiente, en la Embajada de México se realizarían los trámites correspondientes para que viajara a La Habana, en un avión que estaba reservado para la tarde de este miércoles. De ahí, recorrería unas catorce horas de carretera hasta Velasco. El aeropuerto de Holguín, el más cercano a donde nació, no recibe cadáveres.

Las primeras trabas de la Embajada de Cuba en México comenzaron en la mañana de este martes, según informaron fuentes oficiales mexicanas a CubaNet.

Las autoridades cubanas solicitaron el pasaporte original del isleño asesinado, que forma parte de la evidencia de la Fiscalía de Ciudad Juárez. No aceptaban una copia enviada por la autoridad mexicana.

Resuelto este requisito, comenzaron con otro. En este caso, exigieron un ataúd hermético que cuesta unos 1600 dólares, argumentando que el que había pagado la Fiscalía no era seguro.

El siguiente obstáculo a superar fue el requerimiento de 5 mil pesos mexicanos, unos 255 dólares, para hacer cubana el acta mexicana de defunción de Osmani Baldemira Pavón.

Superados todos estos retos, en el día de este miércoles llegó otro más: la Embajada de Cuba pidió que la Fiscalía de Ciudad Juárez comprara otro billete de avión, pero en este caso en una aerolínea cubana. Y no todos los aviones recibían ataúdes.

La última traba, que hizo imposible que este miércoles saliera el ataúd de Osmani rumbo a La Habana, fue que el propio Embajador de Cuba en México debía de poner unos sellos al ataúd de Osmani y el Embajador no está en la Ciudad de México hasta este viernes.

CubaNet llamó a Indira Poviones, jefa de prensa de la Embajada de Cuba en México, para poder entender los trámites requeridos para la repatriación del cubano asesinado en Ciudad Juárez.

— No le puedo dar ningún detalle, tengo que preguntar—, aseguró Poviones.

— En cuánto tiempo le llamo… ¿en quince minutos?

— Sí.

CubaNet la intentó localizar telefónicamente en repetidas ocasiones sin que, en esta ocasión, la cara visible ante los medios de la representación de Cuba en México contestara el aparato.

Hasta el momento, se desconoce cuándo Osmani Baldemira Pavón podrá viajar en un ataúd de regreso a Cuba, a pesar de que las autoridades cubanas habían prometido a la familia que si ellas pagaban -algo imposible para ellos, que solicitaron ayuda a la Embajada de Cuba en México-, iban a facilitar los trámites. Pero quien asumió los gastos fue la Fiscalía de Ciudad Juárez, que por primera vez repatriará a su país de origen a un migrante asesinado.

Los restos de Osmani permanecen en un sistema de refrigeración especial en una funeraria de la Ciudad de México, pagada por la Fiscalía General de Justicia de la Zona Norte, en Ciudad Juárez. Hasta que Cuba permita su traslado.

Traslado del cadáver de Osmani (foto del autor)
Momentos antes del traslado del cadáver de Osmani al aeropuerto (foto del autor)
(foto del autor)
Avión en el que fue trasladado Osmani a Ciudad México (foto del autor)
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