Los estados empiezan a parar las reaperturas tras el nuevo récord diario de contagios en EE.UU.

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El vicepresidente Mike Pence asegura que el país “está en un lugar mucho mejor” que en meses pasados y considera que ha hecho “un progreso notable”.

Información de Agencias

Estados Unidos rompió ayer viernes su récord diario de contagios de la Covid-19 con 45.330, lo que eleva los casos confirmados en el país más golpeado del mundo por la pandemia a 2.462.057, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. El alarmante repunte ha llevado a algunos gobernadores a dar marcha atrás o a ralentizar la reapertura de sus estados.

El balance también incrementó el número de muertos a 124.978 tras haber sumado 574 en las últimas 24 horas. Además de las 574 del viernes, también se añadieron al cómputo las 1.854 muertes “probables” en Nueva Jersey de las que informó el estado.

El gobernador de Texas ordena el cierre de todos los bares y, acto seguido, Florida prohibió el consumo de alcohol en dichos establecimientos

Estados Unidos rompió este nuevo récord arrastrado por el repunte de la pandemia en estados del sur y del oeste como Florida, Texas, California y Arizona, que suman entre los cuatro cerca de la mitad de nuevos contagios de todo el país.

Tras hacerse públicas las cifras, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó el cierre de todos los bares y, acto seguido, Florida prohibió el consumo de alcohol en dichos establecimientos. Los estados, dos de los más grandes del país y ambos en manos republicanas, se unieron así a un pequeño pero creciente número de estados que están retrocediendo o postergando cualquier reapertura de sus economías debido a la reaparición del virus, principalmente en el sur y el oeste del país.

“Está claro que el aumento de los casos se debe en gran medida a ciertos tipos de actividades, incluidos los tejanos que se congregan en bares”, dijo Abbott. El republicano, que había seguido uno de los planes de reapertura más agresivos del país, también redujo la capacidad de los restaurantes y dijo que las reuniones al aire libre de más de 100 personas necesitarían la aprobación de los funcionarios locales.

Por su parte, el alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, anunció el viernes por la noche que cerraría las playas durante el fin de semana del 4 de julio argumentand que era prudente tomar medidas enérgicas contra las actividades recreativas dado el creciente número de infecciones entre los adultos jóvenes.

Nueva York, sin embargo, se mantiene como el estado más golpeado por el coronavirus con 391.220 casos confirmados y 31.342 fallecidos, una cifra solo por debajo de Brasil, el Reino Unido e Italia. Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 22.421 personas.

A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 14.914 muertos, Massachusetts con 8.012 e Illinois con 6.847 muertos. Otros estados con un gran número de fallecidos son Pensilvania con 6.579, Michigan con 6.134, California con 5.816 o Connecticut, con 4.307. En cuanto a contagios, California es el segundo estado solo por detrás de Nueva York con 202.072.

El balance provisional de fallecidos supera ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia. El presidente, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque en sus últimos cálculos auguró ya hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.

Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que Estados Unidos llegará al mes de octubre con unos 180.000 muertos.

Las alarmantes cifras y la preocupación expresada por los gobernadores, no obstante, no parecen afectar a la actitud de la Casa Blanca. El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, defendió el viernes la libertad de expresión y el derecho a reunión al ser preguntado por las preocupaciones por los mítines de campaña de Trump en medio del repunte de los contagios.

”La libertad de expresión, el derecho a reunirse pacíficamente están consagrados en la Constitución de los Estados Unidos. Incluso en una crisis de salud, el pueblo estadounidense no pierde nuestros derechos constitucionales”, declaró Pence en una conferencia de prensa junto al grupo de tarea conformado por la Casa Blanca para encarar la pandemia.

El vicepresidente, que no llevaba mascarilla, aseguró que han venido trabajando con las autoridades estatales, como lo hicieron en Oklahoma y Arizona, adonde el presidente se desplazó el pasado martes para visitar los avances de la construcción del muro en la frontera con México. ”Creo que es realmente importante que reconozcamos cómo son de importantes la libertad y la responsabilidad personal en toda esta ecuación”, agregó Pence.

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