La fiesta del pueblo continúa: 45 aniversario en Morelia.

Por: Osvaldo Ávila Tizcareño

Mañana a las 7 de la mañana el estadio Venustiano Carranza de Morelia Michoacán, será la sede del segundo evento de 45 años de lucha ininterrumpida contra la pobreza tarea emprendida por el Movimiento Antorchista Nacional, serán 60 mil almas provenientes mayoritariamente de Michoacán pero harán arribo también numerosos contingentes de Nayarit, Jalisco, Colima y Guanajuato, pertenecientes a la región occidente.

            Seis serán las magnas concentraciones que reunirán a medio millón de mexicanos organizados en las filas del antorchismo, seguirán las celebraciones en Tijuana, Chiapas, Puebla y concluirán con broche de oro en la Ciudad de México.

            Sin duda la determinación de realizar tales eventos constituyen una proeza que solo puede realizar el pueblo organizado y como quedó claro el pasado 11 de agosto en San Luis Potosí con la concentración de 100 mexicanos de la Región  Norte, no se trata de baladronadas sino de grandes concentraciones  populares.

            Creo útil en virtud de la proximidad de la celebración y de la horda salvaje que se lanza en nuestra contra en las redes sociales hacer algunas precisiones. Veamos.

            En primer lugar creo que resulta conveniente dejar asentado que la unidad en las ideas e incluso la recurrencia de los argumentos da la idea que estamos ante una campaña que tiene el claro propósito de empañar, demeritar o incluso acreditar objetivos distintos a nuestra celebración.

            En segundo lugar la aseveración más común es descalificar llamando “acarreados”, “gente sin conciencia”, “manipulados” y otras cosas por el estilo, que además en muchos de los casos las adornan de múltiples y estruendosos insultos. No hay duda tales aseveraciones denotan con claridad la rabia que les causa el que a pesar de los ataques, calumnias y la hostilidad del propio Presidente de la República hoy miles acuden a la convocatoria del antorchismo y les resulta inconcebible a quienes nos atacan que como ellos soñaron en su exacerbado fanatismo que con el cambio de gobierno se acabaría nuestra organización, pues se equivocaron señores,  seguimos aquí más unidos y hermanados. Pero vale también la pena subrayar ¿Cómo pueden llamar manipulados o acarreados a quienes dedican horas o días enteros para cumplir con su organización y si acarrear es muy sencillo porque no hacen lo mismo para demostrar que somos líderes ilegítimos y ellos verdaderos redentores a los que los siguen millones? Muy sencillo porque una proeza cómo está solo la puede hacer un pueblo consciente.

            Tercero. Me llamó la atención la insistencia sobre dos ideas: “ni con eso les dará nada AMLO” y “de donde sacarán lo que le ofrecieron a la gente a cambio de acudir”. Vaya, vaya “el león cree que todos son de su condición” y como muchos de nuestros atacantes que en su mayoría son perfiles falsos son incapaces de hacer algo sin recibir un beneficio personal, consideran imposible que la gente se mueva por conciencia, por lo que se equivocan en absoluto pues además hay que subrayar que muchos de ellos acuden desde temprana hora enfrentando múltiples peripecias.

            Por último, cuestionan sobre el origen de los recursos para hacer tan concurridos eventos, la respuesta es muy simple, ahí está la resultante del trabajo financiero de Antorcha, cuando acusan sobre las gasolineras u otros negocios pierden de vista estos grandes eventos que como las Espartaquedas culturales o deportivas, los mítines o plantones se financian con la infraestructura económica que hemos creado y la aportación de algunos de nuestros compañeros.

            Las grandes concentraciones por el 45 aniversario de Antorcha, son sin duda una proeza que preocupa a quienes se creían dueños de la voluntad de la mayoría de los mexicanos y que al constatar que el decreto de nuestra extinción esta tan alejado de la realidad sueltan a sus perros de ataque para denigrar nuestro esfuerzo colectivo, por ello ni un paso atrás,  sigamos como hasta ahora, hermanados y dispuestos a seguir convocando al pueblo y conformar esa fuerza social que sea capaz de cambiar la realidad circundante. Nada más, pero nada menos.