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octubre 13, 2019
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Buenos días, compañeras y compañeros de los medios de comunicación presentes, hoy nos dirigimos a la ciudadanía zacatecana -a través de ustedes- para convocarles a participar en una campaña masiva de renuncia a la Iglesia católica.
Parafraseando el canon 751 del Código de Derecho Canónico que rige a dicha institución religiosa, apostasía y cisma consisten en el rechazo total de la fe cristiana y de la sujeción al papa o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos. Asimismo, el artículo 24 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice textualmente que “toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado”.
Por tanto, con plena conciencia y en ejercicio libre de nuestros derechos, sin coacción alguna, las ciudadanas y los ciudadanos aquí presentes manifestamos ser los primeros zacatecanos en solicitar la renuncia a una institución que jamás nos pidió consentimiento para pertenecer a ella, además de pedir la eliminación de todo registro que mantengan con nuestros datos personales.
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Los motivos para exigir la apostasía son diversos e individuales, sin embargo, podemos citar algunos entre los comunes, como la constante violación a la laicidad, puesto que la intromisión en asuntos que sólo le competen al Estado es evidente y reiterada, sin que el gobierno encabezado por Alejandro Tello intervenga para detener esas acciones.
Asimismo, rechazamos de la Iglesia católica su ideología ultraconservadora, retrógrada, opresora y sexista, siempre en oposición al ejercicio y garantía de los derechos humanos, sobre todo en temas como el uso de anticonceptivos, abstinencia sexual, el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y de dos personas de cualquier orientación sexual o identidad de género a contraer matrimonio civil.
Sumado a ello, reprobamos la opulencia de la institución religiosa en tanto que predica humildad y sometimiento, así como sus privilegios y las dádivas gubernamentales de las que goza.
En este punto, no pasaremos por alto la gran repugnancia sentida ante los abusos sexuales cometidos desde la Iglesia y la férrea protección a quienes los perpetran, sobre todo en contra de mujeres y menores de edad, así como la consolidada red de trata de personas y pornografía infantil.
Nos oponemos a los discursos de odio, emitidos tanto en voz de la jerarquía eclesiástica como de la mayoría de sus feligreses, que sólo dividen y contraponen a la población, con lo que se genera más violencia cuando uno de los mandamientos exige amar al prójimo. ¿O es que acaso no leímos las excepciones?
Los aquí presentes manifestamos, en plena conciencia de las implicaciones que conlleva la apostasía, que no deseamos pertenecer a una institución que lucra con la fe de los creyentes y que hace de la hipocresía y de la violencia pasivo-agresiva sus mejores cartas. No queremos formar parte de la Iglesia católica, porque al hacerlo nos convertiríamos en cómplices de todo aquello que repudiamos y que frena el óptimo desarrollo y progreso de las sociedades.
Sin embargo, cabe hacer una aclaración para todos aquellos a quienes este mensaje llegue: no estamos afectando las creencias de nadie ni ejecutando algún acto ilícito, nuestra inconformidad no atenta contra la espiritualidad de cada individuo ni cuestionamos las creencias sobre dios; reiterando lo establecido en la Carta Magna de los mexicanos, sabemos que cada individuo tiene libertad para elegir en qué o en quién sí creer o no; y en ese mismo tenor elegimos dejar de engrosar el número de fieles de la institución llamada Iglesia católica, que es a quien van dirigidos nuestros reclamos.
No seremos por más tiempo cómplices de todos los crímenes que históricamente ha perpetrado la Iglesia en nombre de dios y de todos sus feligreses, ¡no más en nuestro nombre!.

Ahora, desglosados algunos de los motivos, vamos con las fechas de la campaña permanente de apostasía colectiva, a la que convocamos a todos los zacatecanos bautizados por la fe católica dentro de las parroquias de la Diócesis de Zacatecas, encabezada por el obispo Sigifredo Noriega Barceló.
El procedimiento es sencillo. Para la primera fase, a partir de hoy y hasta el miércoles 23 de octubre, que será semana y media, invitamos a todos los que deseen renunciar a la Iglesia que soliciten la constancia de su fe de bautismo en la parroquia donde celebraron ese sacramento.
Posterior a ello, llevar copias de ese documento y de su identificación oficial (INE) el jueves 24 y viernes 25 de octubre a la Plazuela Miguel Auza (detrás de Portal de Rosales).
Allí estaremos de 11 de la mañana a 2 de la tarde apoyando con las solicitudes y registro de las mismas, para entregarlas en ese mismo momento al Obispado, que se encuentra en el mismo lugar de la cita. El proceso no lleva más de 10 minutos.
Asimismo, a partir de ese día, cada dos meses volveremos a entregar solicitudes de apostasía, hasta alcanzar una cifra considerable de hoy a un año, aunque la campaña será permanente. Llegando octubre de 2020, la recolección y entrega de solicitudes será cada seis meses, pero se mantendrá continua. Para estar al tanto de próximas fechas, habrán de seguirnos en la página de Facebook Apostasía Zacatecas, donde seguiremos indicando los pasos para este proceso.

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